La economía informal se ha convertido en una alternativa viable para que millones de mujeres en todo el mundo logren independencia financiera y generen ingresos para sus hogares.

Sin embargo, este sector, que incluye trabajos no regulados como el comercio ambulante, el trabajo doméstico y pequeños negocios, presenta tanto oportunidades como desafíos.

Según cifras oficiales, las mujeres representan una proporción significativa de la fuerza laboral en la economía informal, especialmente en países en desarrollo.  

Mujeres y economía informal: retos y oportunidades  

El rol predominante de las mujeres en la economía informal  

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más del 60 % de las mujeres trabajadoras en países en desarrollo están empleadas en la economía informal. Esta participación refleja:  

   – Flexibilidad laboral: les permite equilibrar responsabilidades domésticas y laborales.  

   – Falta de opciones formales: muchas recurren a este sector debido a la escasez de empleos regulados o discriminación en el ámbito formal.  

   – Empoderamiento económico: para muchas, la economía informal es el primer paso hacia la independencia financiera.  

Desafíos de las mujeres en este sector  

   – Falta de protección social: sin acceso a beneficios como pensiones, seguro médico o licencia por maternidad.  

   – Ingresos inestables: dependiendo de la demanda diaria o fluctuaciones del mercado.  

   – Baja visibilidad: este trabajo, aunque esencial, no siempre es reconocido en las políticas económicas nacionales.  

Historias de éxito: mujeres empoderadas en la economía informal  

Ejemplos de mujeres que han transformado sus negocios informales en historias de éxito inspiran a otras a dar el salto:  

Ana Victoria García es la fundadora de Victoria 147, la primera incubadora de negocios en México enfocada en desarrollar empresas lideradas por mujeres. Ana Victoria comenzó con un pequeño negocio y, a lo largo de los años, ha logrado crear una plataforma que apoya a miles de emprendedoras a alcanzar sus sueños empresariales. Su incubadora ofrece capacitación, mentoría y recursos para ayudar a las mujeres a crecer y estabilizar sus negocios, promoviendo la igualdad de género en el ecosistema emprendedor.

Ellen Marie Bennett es la fundadora de Hedley & Bennett, una empresa que fabrica mandiles y prendas artesanales para chefs y entusiastas de la cocina. Ellen comenzó su negocio vendiendo mandiles a sus colegas en Los Ángeles y, con el tiempo, su empresa ha crecido hasta convertirse en una marca reconocida internacionalmente. Hoy en día, Hedley & Bennett vende sus productos en diversas ciudades del mundo y ha logrado proporcionar a Ellen independencia financiera y estabilidad empresarial.

Taylor Patterson es la fundadora de Fox Fodder Farm, un estudio de jardinería y diseño floral en Brooklyn. Taylor inició su negocio en la cochera de su hogar, combinando su pasión por la jardinería y el diseño floral. Con dedicación y esfuerzo, ha logrado establecer un modelo de negocio sólido y rentable. Fox Fodder Farm ahora cuenta con un estudio que crea conceptos decorativos para eventos y una boutique que ofrece arreglos personalizados, proporcionando a Taylor una fuente de ingresos estable y sostenible.

Estas historias destacan cómo las mujeres emprendedoras pueden comenzar con pequeños negocios y, con perseverancia y visión, alcanzar desde la independencia financiera hasta el éxito empresarial.

Mujeres y economía informal
El 60 % de las mujeres trabajadoras en países en desarrollo están empleadas en la economía informal.
Imagen de freepik

Consejos para mujeres en la economía informal  

   – Formalización gradual: aprovechar programas gubernamentales o de ONG para regularizar sus actividades y acceder a créditos o subsidios.  

   – Educación financiera: administrar sus ingresos, invertir en herramientas o formación, y crear redes de ahorro solidario.  

   – Uso de tecnología: expandir el alcance de sus negocios usando redes sociales y plataformas de comercio electrónico.  

   – Redes de apoyo: unirse a asociaciones de mujeres emprendedoras para compartir conocimientos y recursos.  

El papel de las mujeres en la economía informal es crucial para el desarrollo económico de las comunidades. Aunque enfrenta desafíos, con estrategias adecuadas y apoyo, este sector puede convertirse en un trampolín para mejorar la calidad de vida de millones de mujeres y sus familias.  

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