Reducir las facturas es una forma de ahorrar dinero y mejorar la economía doméstica o empresarial. Además, al consumir menos recursos como electricidad, agua o gas, también contribuye a cuidar el medio ambiente y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El mayor beneficio personal al reducir las facturas, es que podemos destinar ese dinero a otras necesidades o deseos, como viajar, invertir o donar.
Reduce tus facturas con nuestros consejos
- Revisa tus contratos y tarifas: a veces pagamos más de lo que necesitamos por servicios que no usamos o que no se adaptan a nuestro consumo real. Por ejemplo, puedes cambiar a una tarifa eléctrica con discriminación horaria si usas más la luz en las horas más baratas, o a una tarifa de internet con menos megas si no necesitas tanta velocidad. También puedes comparar precios entre diferentes proveedores y negociar descuentos o promociones.
- Aprovecha la luz natural: una forma sencilla de ahorrar en iluminación es aprovechar al máximo la luz natural que entra por las ventanas. Para ello, puedes pintar las paredes de colores claros, usar cortinas traslúcidas y colocar espejos que reflejan la luz. También es importante apagar las luces cuando no se necesiten y usar bombillas de bajo consumo o LED, que duran más y consumen menos.
- Regula la temperatura: la calefacción y el aire acondicionado son los principales responsables del consumo energético en el hogar. Para reducir su uso, puedes aislar bien las ventanas y puertas, usar ropa adecuada según la estación y regular el termostato a una temperatura de confort (entre 20 y 22 ºC en invierno y entre 24 y 26 ºC en verano). También puedes usar ventiladores o estufas portátiles en las habitaciones que más lo necesiten, en lugar de calentar o enfriar toda la casa.
- Reduce el consumo de agua: el agua es un recurso escaso y valioso que debemos usar con responsabilidad. Para reducir el consumo de agua, puedes instalar grifos y duchas con aireadores o reductores de caudal, que mezclan el agua con aire y disminuyen la cantidad que sale sin perder presión. También puedes cerrar el grifo mientras te cepillas los dientes o te enjabonas, usar el lavavajillas y la lavadora sólo cuando estén llenos y regar las plantas por la noche o con sistemas de goteo.
- Controla tus hábitos de consumo: muchas veces, gastamos más de lo que pensamos por hábitos poco eficientes o innecesarios. Por ejemplo, puedes evitar dejar los aparatos electrónicos en stand-by o cargarlos más tiempo del necesario, ya que siguen consumiendo energía aunque no los uses. También puedes revisar tus suscripciones a servicios de streaming, revistas o gimnasios, cancelar las que no uses o compartir las que puedas con otras personas.
- Revisa tus electrodomésticos: asegúrate de que funcionen correctamente y no consuman más energía de la necesaria. Desconecta los que no estés usando y elige los de bajo consumo o eficiencia energética cuando compres nuevos. También puedes optar por lavar la ropa con agua fría y secarla al aire libre en lugar de usar la secadora.
- Compara precios y ofertas: no te quedes con el primer proveedor que encuentres. Investiga y compara las diferentes opciones que hay en el mercado para cada servicio: electricidad, gas, agua, internet, teléfono, etc. Puede que encuentres ofertas más baratas o que se adapten mejor a tus necesidades y hábitos de consumo.
Reducir las facturas no es tan difícil ni implica renunciar a tu comodidad o calidad de vida. Sólo se trata de adoptar hábitos más conscientes y responsables que te beneficiarán a ti y al planeta.
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