La adquisición de propiedades en el mercado de bienes raíces en una metrópolis tan concurrida como lo es Nueva York, puede derivar en ingresos sustanciales y seguridad financiera a largo plazo. 

Tomar esta decisión no es nada fácil, dada la alta cifra de inversión que se necesita para comprar inmuebles en la Gran Manzana. Sin embargo, es un riesgo que vale la pena tomar por los beneficios a largo plazo que se pueden aprovechar, por ejemplo: ingresos pasivos, abultamiento en el precio de la inversión, entre otros…

De hecho, este bien puede ser, a futuro, un patrimonio familiar productivo y sostenible. Para dar el paso y que no se caiga en un juego peligroso que comprometa el capital, hay que conocer a profundidad todo lo que implica dicha compra. 

Invertir en bienes raíces residenciales en Nueva York

Los bienes residenciales no aumentan de precio de un día para otro y, además, algunos requieren reparaciones que ameritan tiempo, dinero y esfuerzo. Si decides alquilar, sin duda obtendrías ingresos mensuales que te sirven para mitigar gastos personales y vivir como lo haría un empleado con salario promedio. De hecho, hay quienes  optan por utilizar el cheque de la renta para pagar hipoteca y comprar nuevos activos.

Mentalízate de que vale la pena invertir en Nueva York

La gran urbe neoyorquina ofrece muchas oportunidades de negocio, las personas pueden acceder al pago de alquileres a precios altos en virtud del auge del mercado laboral.

Existe una demanda considerable de casas y apartamentos de alquiler, lo que convierte a este destino en una fuente de ingresos preponderantes cuando se alquila una propiedad. 

Y, aunado a los beneficios fiscales, resulta una buena idea, siempre y cuando la decisión se tome con una previa reflexión y estudio de todos los aspectos que intervienen en la operación. 

Analiza todos los costos de inversión

Tómate el tiempo necesario para dilucidar sobre los costos de reparación y gastos de mantenimiento continuo que involucra la propiedad, posiblemente sea necesario que dispongas de un capital adicional para cubrir estas cuentas.

Incluye en el análisis los costos de impuestos correspondientes a la zona de inversión, lo mismo para los servicios públicos y el condominio. Por si no lo sabías, la Gran Manzana se caracteriza por cobrar tributos y servicios públicos elevadísimos a los propietarios de bienes inmuebles.

Sopesa entre una propiedad vieja y una nueva

Las propiedades viejas tienen precios inferiores y el pago de sus impuestos por lo general es menor a las propiedades más recientes. No obstante, el nivel de deterioro puede llevar a invertir más dinero para mejorar las condiciones físicas del edificio.

Asegúrate de que el propietario haya realizado renovaciones preventivas para evitar el completo deterioro de la propiedad, esto te evitará problemas con los vecinos y ayudará a minimizar el mantenimiento correctivo.

Por el contrario, las propiedades nuevas o de poca data, se comercializan  de forma rápida o se pueden alquilar a precios altos. Camina, asesórate, pregunta y haz comparaciones de precio, para constatar la rentabilidad y solidez de una inversión, y elige la que mejor se adapta a tus demandas.

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