Tus decisiones financieras, buenas o malas, tienen impactos significativos y perdurables. Es por ello que debemos desarrollar hábitos financieros saludables que nos prepararán para el éxito y la estabilidad a lo largo de nuestra vida.
La clave radica en tener la disciplina en áreas clave de tu vida financiera; sólo así puedes generar bienestar económico, tranquilidad y lograr la libertad financiera que tanto anhelas. Comienza por tener una cultura de ahorros, crear un presupuesto, minimizar la deuda, revisar tus cuentas, planificar objetivos financieros, proteger tus activos e informarte sobre temas de finanzas personales.
Seguir estos buenos hábitos te proporcionará confianza en el aspecto financiero y conseguirás la tranquilidad que significa saber que tu dinero está generando buenos dividendos.
Elabora un presupuesto y llévalo a la realidad
Para tomar el control de tus finanzas, realiza un presupuesto integral con tus fuentes de ingresos y todos los gastos. Dale seguimiento a todos los gastos, desde el alquiler y la compra hasta el entretenimiento y las cenas. Trata de ser minucioso en la descripción. Luego, distribuye tus ingresos principalmente a gastos esenciales y luego los gastos discrecionales. Y algo muy importante: ¡cumple con el presupuesto!
Asegura un fondo de emergencia
Para garantizar tu seguridad y estabilidad financiera, lo más sensato es contar con un fondo de emergencia y tenerlo como prioridad. Un fondo de emergencia es dinero reservado específicamente para gastos inesperados, como: facturas médicas, reparaciones del hogar o del automóvil, pérdida de empleo u otras crisis emergentes.
Comienza con una partida mínima en ascenso
Inicia con un ahorro mínimo, luego incrementa el monto progresivamente con el objetivo de acumular lo suficiente para cubrir de 3 a 6 meses de gastos prioritarios. Configura una transferencia automática desde tu salario mensual o cuenta bancaria directo a tu fondo de emergencia cada mes.
Invierte temprano y con constancia
Para generar ganancias a lo largo del tiempo a través de la inversión, los dos principios más importantes a tener en cuenta son: comenzar temprano e invertir de manera constante. Con el interés compuesto, tu dinero va creciendo, y mientras más tiempo pase, verás que tus ganancias tendrán un crecimiento ascendente. Al invertir una mínima cantidad, podrás obtener grandes ganancias a través del ahorro.
Por ejemplo, si invertiste $200 por mes a partir de los 25 años, podrías acumular más de $500.000 a los 65 años (con un rendimiento anual promedio del 7 %). Si hubieras comenzado a los 35 años, necesitarías invertir $300 por mes para alcanzar la misma cantidad.
Desarrolla el hábito de disponer una parte del salario para invertir en ti mismo, hazlo invirtiendo automáticamente una parte de cada cheque de pago. La mayoría de las empresas de inversión ofrecen contribuciones automáticas desde su cuenta bancaria o cheque de pago.
Establece una cantidad fija con la que puedas comprometerte a invertir en cada período de pago y configura transferencias automáticas para financiar tus cuentas de inversión. Con el tiempo, trata de aumentar tus contribuciones a medida que aumenten tus ingresos.
Diversifica tu cartera de inversiones en acciones, bonos, ETF, fondos mutuos, bienes raíces, etc. para maximizar la rentabilidad y minimizar el riesgo. Evalúa tu estrategia de inversión, según sea necesario, para actualizarte o efectuar los cambios en la economía y tus propios objetivos financieros.
La creación de riqueza es un proceso evolutivo que requiere de tiempo y perseverancia. Si comienzas temprano, invierte regularmente a lo largo del tiempo, aprovecha los rendimientos compuestos y una cartera bien diversificada, para lograr el éxito financiero y satisfacer tus necesidades futuras.
Estamos aquí para ayudarte a crear hábitos disciplinados de ahorro e inversión, te garantizamos que esta información será de gran utilidad para toda la vida. ¡Síguenos y te contamos!