Las cuentas a cobrar se pueden volver un serio problema cuando no se manejan sabiamente. Estas cuentas deben administrarse y planificarse, es decir, debes estructurar muy bien la política de crédito y cómo serán esos pagos (que, en su mayoría, resultan ser cuotas).

Las cuentas a cobrar son un beneficio porque resultan un ingreso por ventas de bienes o servicios, favoreciendo a la empresa. Estas cuentas ayudarán a manejar diversos clientes, porque se les facilita la compra y muchos pueden confiar en tu empresa, pero, puede ser dañino si terceros tardan en realizar sus pagos. Sin embargo, esto se puede manejar para evitarlo, así que considera otros factores positivos:

Las cuentas a cobrar traerán derecho de cobro que se espera recibir en efectivo por la venta del producto o servicio. Las cuotas pueden cancelarse a corto o a largo plazo, dependiendo de la fecha de cobro y las medidas que hayas establecido con la empresa que recibe (que también son conocidas como cuentas a pagar).

Veamos las cuentas a cobrar como una inversión

Las cuentas a cobrar se consideran una inversión por representar aplicaciones de recursos que se transformarán en efectivo para terminar el ciclo financiero a corto plazo. También puedes verlas como un concepto importante del activo circulante, ya que reflejan los derechos de la empresa frente a terceros por la prestación previa de un servicio o la venta de un producto.

Para mejorar la gestión de las cuentas por cobrar, toma en cuenta:

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