La calidad y precio suelen ser grandes amigos, porque se entiende que cuando un producto (o cualquiera que sea tu compra) es de excelente material, tendrá un precio acorde a lo que es. Sin embargo, hay promociones o costos por debajo de lo estimado que, notablemente, traerán malas consecuencias.
Lo importante de las compras es hacerlas con una mente centrada en el objetivo: adquirir. Sin embargo, eso puede variar de acuerdo a lo que tienes en mente. Hay productos con apariencias excelentes pero de muy mala calidad. ¿Cómo elegir, entonces?
Aquí te explicamos cómo y cuándo elegir entre calidad y precio
Debes tener tres cosas muy claras en cuanto a calidad y precio:
- Lo más económico no siempre es equivalente a un producto malo.
- Lo económico no siempre es la alternativa para lograr ahorrar a largo plazo. Dado que puede tratarse de una compra que dure menos y te hará volver a comprar en poco tiempo, cuando te fijes, habrás gastado más de lo que imaginabas.
- Usualmente, pagar más es igual a mayor durabilidad (aunque existen sus excepciones).
Entonces, cuando se trata de calidad y precio, debes tomar en cuenta:
Cuál es su calidad:
Las grandes opciones, cuando se trata de una compra, en la mayoría de los casos son las más costosas. Así que, antes de fijarte muy de cerca en la etiqueta del precio, mejor mira de cerca los detalles: su tipo de material, ingredientes, componentes, costuras, formas de sellado, entre otros elementos que te permitirán descubrir qué tan bien ensamblado está tu futuro producto. Inclusive, considera su nivel de utilidad: ¿seguirá funcionando un año en el futuro, o más?
De hecho, en este punto te ayudará muchísimo la opinión popular o las referencias, consultar en páginas o con amigos de confianza que ya lo hayan adquirido, cómo les fue y sus verdaderos resultados. Sólo así entenderás que es de excelente condición y no es únicamente una estrategia de marketing para hacerte comprarlo.
Las compras en las que sí importa su nivel de calidad:
Porque, aunque quieras engañarte, hay ciertas cosas que obligatoriamente debes buscarlas pensando en lo mejor de la tienda para que pueda tener una larga utilidad.
Si piensas un poco, la moda vintage original (por ejemplo) se caracteriza por la época en que fue creada y sus materiales. Si sigue en buen estado, aumenta su valor; de hecho, en su momento pudieron (o no) tratarse de precios «muy costosos», pero que sí valían su costo, ¡porque años después siguen funcionando!
En consecuencia, ten en cuenta que la calidad y precio es muy importante en:
-Mobiliario del hogar, incluidos los menajes del hogar, necesitan ser óptimos.
-Indumentaria y calzados: sabemos que, constantemente, las temporadas hacen que las prendas de vestir pasen muy rápido de «tendencia», pero, una buena indumentaria te permitirá proteger el planeta de tanta contaminación por desechos textiles y podrás regalar/donar lo que ya no prefieras usar, ¡y seguirán estando en buenas condiciones!
–Ollas y sartenes: al igual que el ejemplo de prendas vintage, las buenas vajillas pueden pasar por generaciones, ¡podemos decir lo mismo de las ollas y sartenes!
Evita hacer compras que te generen pérdida de dinero
Es interesante que, cuando se trata de calidad y precio, se suele sufrir más por el precio, porque nadie quiere perder o sentirse que pudo haber adquirido en otro lugar más accesible. Sin embargo, cuestionar «¿Puedo encontrarlo más económico?», en otra tienda (siendo de la misma marca) e incluso directamente con el fabricante, son opciones que no se pueden ignorar fácilmente.
Esto es lo que se conoce como el sesgo de la aversión a la pérdida. Perder más cantidad de dinero por un producto no se siente tan bien; no deja una sensación de ganancia. En cambio, la opción económica produce satisfacción.
Cabe destacar que el instinto no debe guiar durante las compras. Lo apropiado es analizar el costo sobre la probabilidad de efectividad del producto o servicio. Así que, es correcto que te tomes el tiempo en comprar, sólo que no debe ser demasiado. Mejor analiza por internet antes de pasar mucho tiempo en la tienda con una crisis de indecisión. La calidad y el precio sí importan.
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