Al cierre de año, se presenta una disyuntiva en las empresas: ¿qué hacer con las utilidades anuales? Tanto la junta directiva como la administración corporativa deben tomar una decisión: pagarlas como dividendos o retenerlas para la reinvención en proyectos a corto, mediano o largo plazo.
Los dividendos pueden tener una connotación positiva o negativa para los propietarios o accionistas mayoritarios de una organización. Es por ello que la política de dividendos aporta información valiosa para determinar en qué situación se encuentra la empresa.
Muchos factores influyen en la política de dividendos: leyes, disponibilidad de efectivo, estatus fiscal de los accionistas, entre otros… Los dividendos en acciones y las particiones de acciones aportan nuevas acciones para los accionistas, pero hay que evaluar el valor que adquieren.
Algunas empresas prefieren readquirir sus acciones en el mercado en lugar de aumentar los dividendos. A continuación, profundizamos en este tema.
¿Qué son los dividendos?
Los dividendos son los pagos que se les entregan a los socios o accionistas por su participación en la empresa. Estos aportes se hacen en efectivo o en acciones. En pocas palabras, se distribuyen las ganancias procedentes de los beneficios de la empresa.
Los dividendos inciden en el capital debido a que la retención de las utilidades aumenta el capital común con respecto a la deuda. El financiamiento de proyectos con la retención de utilidades resulta más económico que emitir nuevo capital común.
Los dividendos afectan la estructura de capital porque la retención de utilidades incrementa el capital común respecto a la deuda. Financiarse con utilidades retenidas es más económico que emitir nuevo capital común.
¿Cómo se realiza el pago de dividendos?
Se debe contar con los siguientes datos: fecha de declaración de los dividendos regulares, fecha de registro en el libro de propietarios, fecha de exdividendos, fecha de pago de cheque de dividendos. Una vez asentados los pagos en el libro, se procede a la cancelación de dividendos.
Muchas empresas pagan dividendos bajos para reducir las tasas impositivas y los costos de emisión. Por supuesto, dependerá de la política de dividendos según la legislación fiscal regente en cada país. Hay que recordar que el impuesto a las ganancias determina el margen de dividendos.
En cuanto a los costos de emisión, las nuevas emisiones de acciones son costosas; en muchos casos, el valor de las acciones tiende a disminuir ante la emisión de nuevas acciones.
Pagar dividendos altos tiene sus ventajas: los inversionistas obtienen ingresos en el presente y desaparece la incomodidad que genera la incertidumbre. Esto se debe a que muchos no confían en las proyecciones de dividendos a largo plazo por la incertidumbre que genera la espera.
De hecho, algunos inversionistas prefieren adquirir acciones en empresas que pagan dividendos altos a corto plazo.
¿Qué es la política de dividendos?
La política de dividendos viene dada por un plan de acción que se sigue al momento que se realiza la distribución de dividendos. Esta herramienta debe ser producto de la toma de decisiones, y se debe generar para establecer un equilibrio entre la cantidad pagada como dividendo y la cantidad que se utilizará como reservas para la empresa.
Se trata de distribuir, de forma inteligente, las ganancias de la compañía y obtener financiación. Hay que deliberar y tomar decisiones acordes a un razonamiento previo para no afectar el estado psicoemocional de los accionistas y lograr la financiación con utilidades retenidas.
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